
Siempre buscó a Cristo, por ello intentó ser sacerdote pero lo aprendido en el seminario nunca lo llegó a convencer y decidió salirse. Sus padres a manera de sutil exilio le propusieron un viaje, y él escogió la India. De vuelta al cabo de un par de años, la sed por saber la verdad se acentuó. Una tarde tomó asiento en la banca del parque tratando tranquilizar sus pensamientos, y mientras se rascaba la cabeza un megáfono anunciaba un sistema de protección que decía así: “No busque más la solución está en su casa”, de pronto aquel anuncio le provocó rasurarse.
Mientras estaba afeitándose se cortó, y comprendió lo que decía el mensaje del megáfono. Al mirar al espejo, vio a Cristo en su máxima expresión.***